Paso 1: El inicio del viaje: la tema y la pregunta, la motivación y el posicionamiento
Todo trabajo académico comienza con una pregunta. Su elección y formulación condicionarán el resto del trayecto. Si planteamos el TFG como un viaje, nuestras preguntas iniciales son como los faros que guían el camino. Una pregunta muy general nos permitirá ver el alcance de nuestra temática y una panorámica general del territorio a explorar. Posteriormente, deberemos elegir, concretar y focalizar en uno de los posibles caminos para comenzar a trazar un recorrido que nos permita explorar una parte de ese vasto paisaje.
La formulación de estas preguntas estará vinculada a nuestros intereses y motivaciones. Al mismo tiempo, es fundamental reflexionar sobre el propio proceso de elección tanto del tema como del enfoque. ¿Por qué me motiva este tema?, ¿qué tiene que ver conmigo? ¿cuál es mi posicionamiento al respecto?, ¿desde qué lugar me acerco e interpreto esta realidad?
Este último interrogante conecta con otra dimensión igualmente importante del trabajo. Además de nuestra motivación y experiencia respecto al tema y a las preguntas, estos deben trazarse a partir de un contexto y de unos antecedentes. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Qué? ¿Para qué? ¿Quiénes, para quiénes?, preguntas que implican un recorrido teórico y/o documental; ¿qué se ha estudiado sobre el tema?, ¿quién lo ha hecho? ¿cómo? Ningún tema se produce en el vacío ni viene de la nada, pero tampoco está dado en la realidad. Al igual que la proyección de una escultura, el tema y las preguntas deben esculpirse y, para ello, cada golpe de martillo, cada talla de cincel, precisa de una explicación y justificación.